domingo, 6 de marzo de 2016

Los Vengadores de Mark Waid y los Oscars de las girls scouts


Hace cuatro meses, Marvel Comics publicaba el primer número de los All-New All-Different Vengadores -toma splanglish by the face- de Mark Waid, donde en una de sus escenas de apertura el nuevo Capitán América Sam Wilson se enfrentaba a un difícil dilema ante las despiadas fauces de la mediatizada sociedad actual. Cuestionado por la opinión pública como esa otra américa de la que hablase Peter Milligan aquel brillante enfrentamiento entre Steve Rogers y El Anarquista en sus X-Statix, el antaño Halcón se encontraba rodeado por un variopinto grupo de girls scouts, mientras los dispositivos móviles de todos los presentes le apuntaban con sonrisa maliciosa.

Contemplándolas como si tuviera ante sí un nudo gordiano de imposible resolución, mientras todas y cada una de ellas le pedía que le comprará a ella las galletas -desde la girl scout de piel negra hasta la más blanca, pasado por la más entrada en carnes o la más talluda- sin que el Capitán América tuviera dinero más que para comprarle a una de ellas, siempre tuve la impresión de que había un trasfondo referencial en aquella escena más allá de lo obvio, y que quizás se me pudiera estar escapando. Sobre todo desde que la semana pasada me encontraba a Chris Rock en idénticas circunstancias, recurriendo a las girls scouts como parte de uno de sus sketches a costa del sesgo racial en la pasada ceremonia de los Oscars.

A falta de un mes para que podamos ver al nuevo Capitán América tener que afrontar su reto contra el constante monitoreo de los medios -siempre en busca de polémica- también en España con la nueva etapa de Los Vengadores, si ambos gags tienen algún tipo de fuente común solo ellos lo saben. 

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