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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Loki, según Jason Aaron


Yo. Soy. Loki. Como Loki, no soy esclavo de los caprichos de mis ancestros, sino quien escribe su propia historia. Y como has estado muerto desde hace tanto, padre, puedo perdonarte por no estar al corriente, pero mi historia ha sido fan-@#$%&-tasticamente gloriosa durante algo así como el más condenadamente largo de los tiempos” Como cada vez que un personaje que vive una evolución compleja a lo largo de una buena temporada, temía lo que pudiera hacer Jason Aaron con Loki después de todo lo que habían hecho con el dios de las mentiras entre Kieron Gillen en Viaje al Misterio y Jóvenes Vengadores y Al Ewing en Loki, Agente de Asgard.

sábado, 12 de diciembre de 2015

La incógnita de Loki


Como consumidores de ficción desde nuestra infancia, todos tenemos una serie de personajes por los que sentimos una especial predilección. Si hablamos de cómics de superhéroes, en ocasiones puede ser el protagonista, pero también el villano. Dentro de estos últimos, mentiría si me refiriese a Loki como un personaje por el que sintiese demasiado aprecio en mis albores como lector del universo Marvel. El tipo tuvo el honor de ser el responsable de la formación de los Vengadores y eso sin duda da caché. Pero al pensar en mis primeros contactos con él, no puedo dejar de ver a un villano ruidoso, mezquino y de aspecto corvo, siempre planeando su nueva y disparatada maldad mientras Thor y el resto lo dejaban pulular incomprensiblemente a sus anchas. Un Loki bastante similar al de Tom Hiddleston en la primera película de los Vengadores, y en el que siempre pensé como una suerte de “Gargamel” ridículo dentro del universo Marvel.

viernes, 20 de febrero de 2015

Loki, una nueva forma del placer culpable


Tradicionalmente, el término “placer culpable” se usa para señalar todas esas películas, series o trastorno mental que disfrutamos como guarros, a pesar de que socialmente no sea lo mejor visto entre los entendidos. Sin embargo, cuando Kieron Gillen tomó las riendas de las aventuras de Loki en 'El Poderoso Thor: Viaje al Misterio' la abordó con una perspectiva a la que también podríamos denominar como dicho termino, aunque por razones completamente diferentes.

Con el dios las mentiras reinventado como un simpático pícaro en busca del camino a la redención, Gillen era consciente de la pesada losa que pueden suponer los cincuenta años como villano, haciéndonos partícipes de la tragedia de la imposibilidad para dejar atrás el pasado.


Según bromean los editores, todos los borradores de Gillen para la serie de Loki empezaban con la expresión “Noooooooooooooooo!”, algo muy patente tanto en la cantidad de padecimientos que veíamos sufrir al personaje en sus páginas y como afectaron a las redes algunos de sus puntos álgidos. Una colección en la que resultaba increíblemente fácil empatizar con un personaje definido por sus debilidades y flaquezas, pero en la que cada página que pasábamos suponía condenarlo un poco más (y aun así eramos incapaces de dejar de leer).

El sufrimiento del lector a través del personaje como forma de disfrute en una serie que -para colmo- resultaba endiabladamente divertida, y que tan bien aprendió Al Ewing para la actual 'Loki: Agente de Asgard'. A punto de adentrarse en su acto final, las dos últimas entregas de la serie han sido particularmente intensas a la hora de usar el camino recorrido para poner al personaje en una situación incómoda en la que no hay espacio para el termino medio. O salvación absoluta, o condenación definitiva. 


Con 'Secret Wars' en el horizonte y las ventas como amenaza de que estamos asistiendo a los últimos cartuchos de la colección, el destino del dios de las mentiras sigue siendo un misterio. Pero allá donde nos lleve, estaremos para sufrirlo con él.