Hace cuatro meses, Marvel
Comics publicaba el primer número de los All-New
All-Different Vengadores -toma splanglish by the face- de Mark
Waid, donde en una de sus escenas de apertura el nuevo Capitán
América Sam Wilson se enfrentaba a un difícil dilema ante las
despiadas fauces de la mediatizada sociedad actual. Cuestionado por
la opinión pública como esa otra américa de la que hablase
Peter Milligan aquel brillante enfrentamiento entre Steve Rogers y El
Anarquista en sus X-Statix, el antaño Halcón se encontraba rodeado
por un variopinto grupo de girls scouts, mientras los dispositivos
móviles de todos los presentes le apuntaban con sonrisa maliciosa.