Al contrario de lo que
nos pueden hacer creer tipos como Iron Man o Thor, la vida de los
superhéroes no siempre es tan glamurosa como la pintan.
Especialmente cuando tu superpoder consiste en volverte
insignificantemente pequeño y eres un bienechor de mediana edad,
divorciado y padre de familia, que no ha conseguido nada demasiado
relevante más allá de una hija de la que te sientes orgulloso. Esa
es una de las situaciones de la que parte la nueva colección de El
Hombre Hormiga, introduciéndonos en el día a día de Scott
Lang, como una especie de tragicomedia de aventuras a cargo de
Nick Spencer y Ramon Rosanas.